Leioa: el puente de Udondo entra en la Lista Roja de Hispania Nostra

Su próxima restauración lo trata como un elemento sin valor patrimonial

Foto principal: Joaquín Cárcamo Martínez

El puente de Udondo se encuentra sobre los ríos Udondo y Gobelas, afluentes de la ría de Bilbao. En la actualidad existe un proyecto de la Diputación Foral de Bizkaia para construir un vial peatonal y ciclista que le afectaría gravemente. El proyecto trata al puente como un elemento sin valor patrimonial y propone trasladarlo parcialmente y/o adosar un nuevo puente, incorporarle una nueva losa de hormigón armado y no contempla su restauración científica ni su revalorización. La AVPIOP (Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública) ha presentado alegaciones al proyecto que han sido desestimadas. El proyecto no saldrá de nuevo a información pública y las obras serán adjudicadas próximamente.

Se encuentra en condiciones de continuar cumpliendo con su función, una vez restaurado y estableciendo límites en las sobrecargas a soportar.

Fotografía: Joaquín Cárcamo Martínez

Por estos motivos, el puente de Udondo de Leioa acaba de ser incluido en la Lista Roja que elabora la asociación Hispania Nostra (https://listaroja.hispanianostra.org/) y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

Situado en la carretera de Bilbao a Las Arenas, sentido Bilbao, posee una dilatada historia que se inicia en la villa de Bilbao a mediados del siglo XIX.

El proceso de gestación del puente de hierro de Bilbao, que acabará denominándose «de Isabel II», se inicia con la presentación de un plano del arquitecto Antonio de Goicoechea en el pleno municipal de 20 de mayo de 1844. El Ministerio de Gobernación impone una serie de condiciones técnicas y dispone que el arco central sea levadizo. Una Real Orden de 18 de abril de 1845 aprueba el proyecto.

La construcción del puente da comienzo a mediados de 1845 bajo la dirección provisional de Antonio de Goicoechea hasta la incorporación del ingeniero de caminos, Pedro Celestino Espinosa. Se inaugura el 23 de enero de 1848, aunque sin concluir.

Además de tres arcos menores sobre las riberas, el puente salva el cauce de la ría mediante un tramo central levadizo y cuatro arcos iguales de 11 m de luz, de fundición. El puente fue una de las primeras grandes obras realizadas por la fábrica Santa Ana de Bolueta ya que todas sus partes metálicas fueron fundidas en Bilbao por esta pionera y longeva empresa siderúrgica.

Entre 1859 y 1870 se ejecutan diversas obras y se sustituye el tramo central levadizo por uno fijo en 1863 y también dos tramos metálicos deteriorados, por una estructura provisional de madera. Los mayores daños en el puente se producen durante el sitio carlista de la villa en 1874, debidos por un lado a los bombardeos y por otro a las riadas. Recién levantado el sitio, ya se propone la construcción de un nuevo puente, cuyo proyecto se encarga al ingeniero liberal, activo en la defensa de la villa, Adolfo de Ibarreta.

Fotografía: Joaquín Cárcamo Martínez

Pero no son las comunicaciones de la villa las únicas que la guerra interrumpe. El camino de sirga de Las Arenas a Bilbao contaba con dos puentes en las desembocaduras de los ríos Udondo y Asúa, el primero parece que formado por un solo arco de 11 m de luz y el segundo por tres arcos similares de piedra de 10 m de luz. Ambos puentes son volados durante el asedio y para su pronta puesta en servicio se le encarga a Adolfo de Ibarreta la construcción de dos puentes provisionales proyectados y ejecutados en celosía de madera.

Fotografía: Joaquín Cárcamo Martínez

Se desconoce la fecha exacta de reconstrucción del puente de Udondo. El 16 de junio de 1876 el ayuntamiento de Bilbao acepta ceder uno de los arcos íntegros del puente de Isabel II. Por tanto, el montaje del arco en su nueva ubicación hubo de producirse en los meses siguientes. Allí permanecerá inalterado hasta que hacia la mitad del pasado siglo la carretera de Bilbao a Las Arenas se ensancha; al puente se le adosa, aguas arriba, otro de hormigón pretensado que lo oculta parcialmente a la vista y es posiblemente entonces cuando se le incorpora también un nuevo tablero sobre vigas de hormigón armado.

El actual puente de Udondo es un arco fabricado en 1846-47 de 11 m de luz, de fundición o hierro colado, formado por seis cuchillos fuertemente arriostrados entre sí. Cada uno de los cuchillos se compone de un arco inferior (la morfología en arco es la más adecuada para la fundición, que resiste fundamentalmente a compresión) compuesto a partir de cinco dovelas de sección en doble T ensambladas mediante pernos conjuntamente con los arriostramientos transversales. En su origen disponía de una viga superior de madera en cada uno de los cuchillos, para el apoyo del tablero de madera. Dispone también de una sucesión de tres anillos circulares de distintos diámetros en cada tímpano, tangentes a ambas piezas (arco y viga) y arriostrados entre sí mediante cordones de fundición; todo ello ensamblado de modo que el conjunto constituye un verdadero mecano desmontable (de hecho, fue desmontado y vuelto a montar en su actual ubicación en 1876).

Fotografía Joaquín Cárcamo Martínez

El arco metálico se apoya sobre dos estribos de sillería y mampostería, anteriores, al menos parcialmente, a la fecha de su colocación en 1876, ya que existía anteriormente un arco de piedra dinamitado por las tropas carlistas.

El puente es visible en el frente que ofrece a la ría, sobre todo desde una embarcación, ya que aunque puede descenderse por una estrecha escalera, las mareas dificultan el acceso. Sin embargo, aguas arriba del doble afluente Udondo-Gobelas, queda oculto por el puente adosado como ampliación durante el siglo XX, carente de valor patrimonial.

El puente permaneció oculto e ignorado durante décadas, hasta que en 2005-2006 fue “redescubierto” y dado a conocer.

La inspección visual denota años de abandono y ausencia de mantenimiento, pese a que tanto la Autoridad Portuaria como el Ministerio de Fomento conocen su valor patrimonial y a estar en servicio. Los mayores deterioros se muestran en las dovelas de arranque en ambos estribos. en las que la oxidación es más visible. Las dovelas centrales se encuentran en mucho mejor estado. El puente perdió en algún momento el pavimento de madera original que fue sustituido por una losa de hormigón armado. El puente carece de visibilidad, por haberse adosado una ampliación moderna aguas arriba.

El puente, dado su elevado valor patrimonial, exige una cuidadosa restauración científica y la restitución de su pavimento y barandillado de madera original, reflejado en los planos del proyecto. Puede rehabilitarse para peatones y bicicletas.

Aunque carece de protección, la misma se ha solicitado de forma reiterada tanto al Ministerio de Cultura (por ser propiedad de la Administración del Estado y hallarse en servicio) como al Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, que hasta ahora la ha desestimado (sobre todo por no considerarse competente) pero que en estos momentos la está estudiando. Se ha solicitado también al Ayuntamiento de Leioa, que casi con toda seguridad lo incluirá en el nuevo Plan General que se está redactando.

 

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