LISTA ROJA. Cinco edificios históricos de Andalucía entran en la Lista Roja

El último corralón sin alterar de Málaga y otros cuatro monumentos corren riesgo de perderse

Madrid, 7 de septiembre de 2022- Abandonados, arruinados y sin ningún mantenimiento. Así se encuentran los cinco edificios de Andalucía que acaban de ser incluidos en la Lista Roja que elabora la asociación Hispania Nostra (https://listaroja.hispanianostra.org/) y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Son los siguientes:

Descargador de mineral del ferrocarril minero Bédar-Garrucha (Mojácar, Almería) (foto superior)

Incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, se encuentra en estado de total abandono. Se trata de una construcción en piedra, de sillería en algunas partes, que ha perdido ya numerosas piezas, algunas de las cuales se encuentran desperdigadas en la zona. Tiene una parte frontal en la que se aprecia la pérdida de numerosas piezas, y una parte trasera, terraplenada a ambos lados, sobre la que discurría la vía férrea, con los laterales reforzados y protegidos con obra de mampostería que están invadidos por la maleza. En esta situación, la meteorología y la flora silvestre acabarán en más o menos tiempo con el elemento.

Tanto el descargador como la línea férrea de vía estrecha fueron construidos por la sociedad Chávarri, Le Coq y Cía. y entraron en funcionamiento en 1896. Permanecieron en operación hasta 1923. En la actualidad, la vía férrea ha desaparecido en su totalidad, quedando solo algunas de las construcciones anejas, en general en mal estado, como es el caso del descargador. Situado al borde del mar, con el fin de trasladar a los barcos fondeados frente a él el mineral de hierro.

Castillo de Aznalmara (Benaocaz, Cádiz)

El castillo de Aznalmara fue un puesto fortificado de pequeño tamaño, aunque situado en un lugar estratégico de gran importancia.

Al parecer, este castillo fue construido por los almohades a principios del siglo XIII y formaría parte de una red defensiva nazarí junto con el castillo de Olvera, el castillo de Zahara de la Sierra, el de Setenil de las Bodegas, el castillo de Fatetar en Espera y el castillo de Fátima en Ubrique.

Los lejanos orígenes íberos y romanos de la fortificación no ocultan su fuerte protagonismo árabe. Considerada parte del sistema defensivo nazarí durante los siglos XIII y XIV, fue conquistada por las tropas castellanas en 1410. Nuevamente en manos nazaríes, fue definitivamente reconquistada en 1485 por el marqués de Cádiz. Todavía fue protagonista de los enfrentamientos relacionados con la guerra de la Independencia y refugio de las tropas napoleónicas.

El castillo de Aznalmara, cuyo significado es “castillo de las doncellas”, es también conocido como castillo de Tavizna. La construcción militar de época nazarí se ubica en la cima de un cerro que domina la ribera del río Tavizna, lugar estratégico en los accesos a la serranía de Cádiz y se encuentra en el término municipal de Benaocaz, en la carretera de Ubrique a El Bosque.

La fortaleza derruida conserva un enorme patio de armas con un aljibe, o quizá un pozo, ya que el cerro donde se alza posee fuentes de agua abundante. La torre del homenaje se encuentra sin cubierta, siendo de planta cuadrada, con un acceso muy dificultoso, muy empinado y acodado. En uno de los ángulos de la torre se alza un vano de arco de medio punto con aspilleras en una de sus caras. Conserva todavía parte de sus almenas. En otro extremo de la plaza de armas se aprecia el arranque de una torre cuadrada con un trozo de lienzo en cuña. Seguramente es de construcción muy posterior, se piensa que es de la invasión napoleónica.

La cerca del castillo se adapta perfectamente al asentamiento abrupto sobre la roca; los materiales empleados en la obra subsistente son de mampostería. Todo el aspecto del castillo lo hace corresponder al grupo de los granadinos.

La fortaleza actualmente se encuentra derruida.

Huerta de Godino (Málaga)

Se trata de una enorme noria de agua, un ingenio hidráulico muy común de la era preindustrial, cuya finalidad consistía en obtener el preciado líquido directamente de los ríos, arroyos o del subsuelo, encauzarlo y distribuirlo para poder regar las cercanas y productivas huertas.

Consta de una plataforma de planta circular y de gran altura, debido a la necesidad de elevar el nivel del agua para lograr el regadío por gravedad. Además de la plataforma nos han llegado los restos de los postes, compuestos por ladrillos y listones de madera haciendo dintel, que sostendrían la rueda vertical o rueda del agua y que sería movida a través de un mecanismo compuesto por otra rueda horizontal o arbolete además de los animales que serían necesarios para moverlas, por lo que se vienen a llamar norias de tiro o de sangre.

Según algunos textos, la noria puede tener su origen en el siglo XIV o XVII, siendo de este último la noticia que menciona al propietario, Alonso Godino de Zaragoza, quien probablemente ya explotaría la noria. Por el documento se sabe que Alonso Godino, en una entrega de doscientos mil ducados que hubo de hacer Málaga y su jurisdicción al rey, entregó 6.347 maravedíes. Así mismo, por ese documento sabemos que su huerta estaba junto a una llamada Huerta Perdida.

No goza de ningún grado de protección oficial, y el monumento se haya en un total estado de abandono. La única obra de mantenimiento realizada en ella en los últimos treinta años ha sido revestirla con cemento para evitar que se agriete y se venga abajo. Su parte superior se ve coronada por un pequeño bosquete de árboles o grandes arbustos. Pésimo estado y en riesgo cierto de destrucción.

Corralón de las Dos Puertas (Málaga)

Este corralón, denominado «de las Dos Puertas» por tener entrada por la calle Curadero y por la calle Rosal Blanco, se encuentra recogido en varias obras sobre la vivienda obrera y popular en Málaga. Era uno de los últimos que se mantuvieron habitados, hasta que fue desalojado por su estado de conservación en 2013, tras lo cual fue completamente abandonado.

Último corralón existente en la ciudad de Málaga sin alterar por reformas.

Mantiene la tipología clásica de la casa de vecinos malagueña por antonomasia:

el corralón. El patio es el elemento organizador del espacio, las galerías son abiertas. El exterior es sencillo, de planta baja, y todos sus vanos son adintelados, presentando los de la planta primera balcones de poco vuelo.

Se encuentra en un estado de ruina aparente, tapiado y desde la calle Rosal Blanco se observa cómo la medianera tiene una parte caída, permitiendo la entrada de agua de lluvia y aumentando el riesgo de desplome.

Casa del Tinte (Baza, Granada)

 La casa del Tinte de la ciudad de Baza es un inmueble que el cabildo bastetano compró en 1549, remodelándolo de inmediato e instalando en él la tintorería municipal. Esta actuación estaba dentro de un programa cuyo objetivo era mantener, potenciar y controlar las industrias derivadas de la lana, en este caso el tinte, regulando su control con las ordenanzas y veedores públicos, prohibiendo tintar lanas ajenas fuera de la urbe. El edificio, tras dejar de ejercer las funciones para las que fue concebido, pasó a manos privadas y a desempeñar las funciones de fábrica de jabones en el siglo XIX.

En el interior se conservan un patio trasero muy transformado, y sencillos alfarjes de madera en las plantas baja y primera (obra probable de 1549) y en la planta principal, hoy en gran parte tapados. Sus fachadas destacan por la utilización de un criterio rigorosamente austero de alzados, prescindiendo de toda decoración adicional, siguiendo las líneas de sobriedad que marcan la arquitectura tradicional de la ciudad.

Fachadas sencillas, escasamente decoradas y enraizadas en la manera de construir del pueblo bastetano.

Conservan de la arquitectura popular la planitud de los muros desornamentados y el recorte de los vanos limpiamente, sin molduras, pero sin las irregularidades en la distribución y tamaño propias de las peculiaridades compositivas de la arquitectura tradicional, estando muy geometrizados, vano sobre vano. Su planta baja fue recubierta por antiestéticos ladrillos en el último tercio del siglo XX. Sus superficies, extraordinariamente planas, son realzadas a través de balcones y rejas de distintos tamaños y formatos y aleros de corte popular y mudéjar, fuera de todo clasicismo, para el que los muros de un edificio era obligado que terminasen en cornisa. La portada de piedra del siglo XVI (posiblemente plana y al ras de la fachada), debe estar en parte tapada por obras posteriores.

Aunque en la ficha del PGOU (2010) se considera como un inmueble deteriorado, su estado de abandono ha aumentado su proceso de ruina. Presenta filtraciones de agua en la cubierta, hundimientos interiores desde hace varios años (zona del patio) y posiblemente aleros cayendo el patio interior.

Las puertas de acceso se encuentran tapiadas desde hace muchos años, por lo que en la actualidad es imposible conocer su aspecto interior.