La fortaleza pasa a la Lista Verde tras las obras de rehabilitación de la Junta
Madrid, 6 de julio de 2021- Los problemas estructurales que tenía el castillo de Belmonte de Campos (Palencia) han sido corregidos a través de una obra financiada por la Junta de Castilla y León, y gracias a la adquisición por parte del Ayuntamiento de más de la mitad de la propiedad. Asimismo han sido también solucionados los problemas de filtraciones y humedades que existían a causa de la colmatación de materiales en la cubierta y la falta de algunas piezas de desagüe. Todo ello ha hecho posible su apertura al público.
Por estos motivos, el castillo de Belmonte de Campos (Palencia), abandona la Lista Roja del Patrimonio, en la que ingresó el 29 de enero de 2008, y se incorpora a la Lista Verde del Patrimonio.
Está formado por una magnífica torre del Homenaje y restos de un recinto irregular que encierra una plataforma a la que se accede por una puerta custodiada por un torreón circular. La parte más antigua de la torre fue construida entre finales del siglo XV y principios del XVI, y su construcción puede ser atribuida a Gómez de Isla al presentar varias similitudes con las torres de Fuensaldaña, Peñafiel o Torrelobatón. Es de planta casi rectangular, de 20 metros de altura. Cuenta en su interior con cuatro plantas, de las que han desaparecido los forjados de madera correspondientes a los pisos segundo y cuarto. Estos forjados se apoyaban en arcos rebajados que les servían de soporte. Una bóveda de cañón separa el segundo piso del tercero.
Por último la cuarta planta se cubre con una bóveda de crucería. En la planta superior, hoy inaccesible al haber desaparecido el piso, se encuentra un espléndido balcón renacentista sobre una gran repisa de cantería construido con posterioridad a la estructura de la torre, lo que se aprecia por la distinta piedra utilizada para los sillares del último piso. En la parte exterior cuatro torrecillas o garitones en las esquinas arrancan desde el cuarto piso y alojan en su interior bellas escaleras de caracol sin pilar central (caracol de Mallorca).
A la izquierda de la puerta de entrada existió hasta el pasado 29/04/2013, en que fue derribado por el fuerte viento, un hastial de gran altura que pudo ser parte de una edificación palacial, presentaba indicios de una construcción de tres plantas y restos de una ventana enrejada.
El lugar era de los hijos de Pedro Díaz de Cavergina. A finales de siglo lo adquiere la familia Sarmiento. En 1458, compró la villa don Juan Manuel, consejero de Enrique IV, que reformaría la torre y parte del castillo. Posteriormente perteneció a la familia Manrique, marqueses de Belmonte, al conde de Oñate y poco después al marqués de Montealegre, dueño de Belmonte y Meneses. Hacia 1880 las tierras en que se encontraba el castillo fueron adquiridas por unos vecinos del pueblo en la cantidad de 2.000 reales. Durante muchos años el castillo se utilizó como palomar y sus piedras, como materia prima para construir/arreglar viviendas, paneras, etc.