Tres monumentos catalanes entran en la Lista Roja por su ruina

Se trata de dos edificios religiosos en Lleida y una masía en Tarragona

Foto principal: Castillo e iglesia de Santa María en Castelló de Farfanya (Lleida)

Abandonados, arruinados y sin ningún mantenimiento. Así se encuentran los tres elementos de Cataluña que acaban de ser incluidos en la Lista Roja que elabora la asociación Hispania Nostra (https://listaroja.hispanianostra.org/) y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Son los siguientes:

Castillo e iglesia de Santa María en Castelló de Farfanya (Lleida)

A pesar de tratarse de un BIC, el castillo está arruinado, con muros derruidos y sin ningún tipo de mantenimiento. Hace unos años, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento acometieron unas obras de urgencia para consolidar parte de las murallas, pero está casi todo por hacer. La iglesia se encuentra en un estado algo mejor, aunque no está permitida la entrada por su mal estado.

La iglesia de Santa María de Castelló de Farfanya es un edificio religioso de estilo gótico que se ubica junto a un castillo sobre un cerro. Es un edificio de nave única, con capillas laterales entre los contrafuertes, un campanario de época más moderna y dos portadas. La del muro meridional tiene una bella decoración ornamental. Entre sus elementos más destacados está la decoración de la puerta meridional y el retablo gótico del siglo XIV, que ahora se conserva en la iglesia de San Miguel.

El castillo contaba con un recinto fortificado, o castillo propiamente dicho, además de una muralla que rodeaba la villa y diversas torres de vigía. La defensa islámica debía centrarse en el muro del lado norte, más indefenso debido a la topografía. En la zona de poniente se levantan los restos de las construcciones condales, con una torre circular, hoy muy deteriorada. Apartada de este conjunto, al norte, sobre un cerro, se conserva una torre de vigilancia. Al sur se conservan dos torres unidas por restos de muralla, que llega hasta la villa baja.

El castillo fue construido con aparejo de mampostería revoque por el exterior, y algunos paramentos del norte fueron hechos con sillares irregulares.

Mas dels Arcs (Tarragona)

Masía típica construida a partir del siglo XVII y dedicada a la viña, con una bodega anexa al edificio principal, el cual tenía importantes elementos de factura gótica. Fue un edificio de gran riqueza. En el siglo XX se reforma y se añaden los nuevos lagares y se procede al tratamiento de los jardines, destacando el obelisco coronado con un ángel, de aquí que se conozca también como Mas de l’Àngel. La columna se construyó en recuerdo a los muertos en Tarragona durante la Guerra del Francés.

Jordi Rovira, historiador y divulgador tarraconense describía el jardín así: «La gran finca del acueducto fue adecuada y urbanizada siguiendo el esquema de parque que en las zonas no agrícolas planteaba avenidas con decoración de jardín de inspiración versallesca, con cráteras en sus pedestales y otros monumentos de piedra y árboles y demás vegetación en armonía con sus parterres perfectamente delimitado».

Pero ya no queda nada de eso. Actualmente sólo se conservan los restos de una bodega, partes de la masía y una exedra presidida por una columna rostrata sobre la que hay un ángel. El inmueble está actualmente en un estado muy malo de conservación, totalmente abandonado. Los techos están derrumbados, alguna de las ventanas está tapiada y otras con los ladrillos resquebrajados. Ha sido vandalizado con pintadas y hay basura, maleza y cascotes por todo el espacio. También se conservan restos de lo que fue una escalera y un arco, ahora hundidos; queda todavía un arco en pie.

La bodega cercana al edificio principal fue obra del arquitecto Juli M. Fossas, quien también diseñó la Quinta de Sant Rafael. Fue rebautizado como Mas de l’Àngel cuando Mariano Puig i Valls erigió un monolito en honor a Alfonso XIII. La familia real en pleno inauguró el monumento durante su visita a Tarragona el sábado 29 de octubre de 1927. «En su visita a Mas dels Arcs, la Reina y las infantas recibieron hermosos ramos de flores de mano de doña Flora Busquets de Puig y de sus hijitas Magdalena», recogen las crónicas de la época.

Los hermanos Puig i Valls eran los dueños de este inmueble al igual que lo eran de la Quinta de Sant Rafael, situada en el Parc de la Ciutat. Aunque todavía sigue en pie, su estado interior está en muy malas condiciones y no tiene un destino definido.

Ambos hermanos nacieron en Tarragona. Mariano (1843-1928), fue político y empresario y Rafael, (1845-1920), fue un ingeniero forestal que impulsó la ecología a finales del siglo XIX y principios del XX y entre otras cosas, creó la Fiesta del Árbol. En su finca diseñaron un jardín romántico, integrado ahora en el Parc Ecohistòric del Pont del Diable.

Monasterio de Santa Maria d’Escarp (Massalcoreig, Lleida)

El conjunto del monasterio está formado por la iglesia y otras dependencias, era de estilo barroco y popular con varias plantas. Se conserva el campanario hecho con sillería regular. Detrás del campanario hay un patio rectangular que podría corresponder a la iglesia y hay una casa adosada al edificio. De la construcción medieval construida durante el siglo XIII, queda la bodega y el muro meridional del cuerpo este-oeste. El resto de la edificación corresponde a la reforma del siglo XVII que daría origen al volumen general que de alguna forma hoy todavía se conserva, con la reforma efectuada en el siglo XVIII, que consolida la obra anterior y que tiene como muestra destacada la parte superior del campanario.

El estado actual de edificio es bastante malo dado que gran parte está en ruinas. La parte exterior está muy dañada, las paredes muchas de ellas están descarnadas o medio derruidas y hay restos de piedras que conformaban el edificio en el suelo dispersas. Del monasterio solo queda el campanario en estilo barroco y otros elementos arquitectónicos de la época. Es empleado como granja.

La orden del Cister fundó el monasterio de Escarp en 1213, después de la donación que Pere I el Catòlic había hecho el año anterior al abad Arnau II de Citeaux de una antigua granja sarracena con el fin de establecer allí una comunidad cisterciense.

Pronto logró suficiente vitalidad y en 1223 intervenía en el traspaso al Cister del monasterio de Lavaix y en 1227 fundaba el priorato de Santa Susanna, en Maella (Teruel). La casa gozó de protección real; Jaume el Conqueridor emitió una carta en este sentido desde la Suda de Lleida. Aquella época de prosperidad se extendió entre los siglos XIII y XIV, a partir del siglo XV comenzó su decadencia pasando a estar bajo la dirección de abades comendatarios. A mediados del siglo XVI entró bajo la influencia del monasterio de Poblet, se tiene constancia de que en 1583 la comunidad de Escarp estaba formada por cuatro monjes de aquel monasterio. En 1591, gracias a la intervención del abad de Poblet, Oliver Boteller, el papa cedió el patronaje del monasterio a Felipe II y continuó como dependencia de Poblet, que lo administraba a pesar de mantener la figura del abad propio de la casa.

A principios del siglo XVII se menciona el estado de ruina de las construcciones y en 1637 pasó a estar bajo la dirección de un prior o administrador. En 1641 quedó profundamente afectado por el levantamiento dels Segadors y la comunidad tuvo que refugiarse temporalmente en el priorato de Santa Susanna mientras procedía a efectuar las reparaciones necesarias, que permitieron el regreso de los monjes en 1672. A principios del siglo XVIII, la guerra de Sucesión paralizó la reconstrucción hasta mediados de ese siglo.

A raíz de la Revolución francesa, en 1796 cedió Santa Susanna a una comunidad procedente de la abadía de La Trapa (Orne). La recuperación de Escarp fue efímera, se vio afectado por la guerra de la Independencia, después por el Trienio Liberal, hasta la desaparición definitiva como monasterio en 1835, con la Desamortización de Mendizábal. Pasó a manos de particulares y las construcciones todavía se encuentran parcialmente en estado de ruina.

No goza de ningún tipo de protección legal y se encuentra en un estado de ruina avanzada.

 

 

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