Es inadmisible que el patrimonio cultural se use intencionalmente como arma de guerra

La nota de prensa que presentamos a continuación es un texto íntegro de Europa Nostra, que Hispania Nostra respalda en su totalidad.

 

Tras la preocupante escalada de las tensiones en el Medio Oriente y recordando la desastrosa destrucción de sitios de patrimonio cultural de la humanidad en la región por parte de grupos terroristas hace tan sólo unos años, Europa Nostra considera inaceptable que el Presidente de los Estados Unidos amenace con destruir intencionadamente sitios patrimoniales en Irán como arma de guerra. Europa Nostra, la Voz Europea de la sociedad civil comprometida con el patrimonio cultural, se solidariza con los numerosos profesionales y organizaciones patrimoniales que en los Estados Unidos y en todo el mundo han expresado su profunda preocupación ante estas deplorables amenazas. Recordamos que el ataque deliberado a los bienes culturales en caso de conflicto armado está prohibido por el derecho internacional (*) y ha sido reconocido como un crimen de guerra por la Corte Penal Internacional. Recordamos también la histórica Resolución 2347 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en marzo del 2017, que «deplora y condena la destrucción ilícita del patrimonio cultural (…) en el contexto de los conflictos armados”.

Al inicio de la Nueva Década, Europa Nostra insiste en que la defensa del patrimonio cultural es más que una cuestión cultural: es también una cuestión de paz y seguridad, inseparable del objetivo vital de defender nuestra Humanidad y nuestro Planeta en su conjunto. El patrimonio cultural no pertenece a una nación o a un país únicamente. El patrimonio cultural forma parte de nuestra humanidad y nuestra historia común. ¡Una vez que se pierde, se pierde para siempre! Preservar y compartir este patrimonio es, por lo tanto, una responsabilidad conjunta de todos nosotros: las organizaciones internacionales, las autoridades gubernamentales, los profesionales del patrimonio y la sociedad civil.

Por lo tanto, instamos a los líderes mundiales, gobiernos y organizaciones internacionales (y especialmente a la ONU, la UNESCO y la Unión Europea) a que eliminen el patrimonio cultural de la ecuación de las tensiones políticas o los conflictos armados y lo coloquen donde le corresponde: en el centro de lo que nos une en el respeto mutuo y el diálogo, como motor de desarrollo sostenible y como fuente de enriquecimiento e inspiración para las generaciones presentes y futuras.

(*) En particular la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado, adoptada en La Haya (Países Bajos) el 14/5/1954 y que entró en vigor el 7/08/1956, con sus dos Protocolos posteriores.

1954 Hague Convention for the Protection of Cultural Property in the Event of Armed Conflict