La Palma, arte flamenco en ultramar

La Palma, esa preciosa y exuberante isla canaria en medio del océano Atlántico, geográficamente africana y culturalmente europea, es sin lugar a dudas una pequeña gran caja de sorpresas. Reflejo de una España que gobernó durante siglos un imperio que unía tierras y gentes de diversos orígenes y culturas, fue, después de la finalización de su conquista en 1493, un activo centro comercial que logró atraer desde comienzos del siglo XVI a súbditos flamencos con una economía basada en gran medida en la exportación del preciado azúcar a Amberes, la ciudad de los Países Bajos españoles convertida en el centro internacional de su comercio.

«San Miguel Arcángel», Pieter Pourbus. Siglo XVI. Óleo sobre tabla. Iglesia de Santo Domingo, Santa Cruz de La Palma. Canarias

Dueños de extensas plantaciones de caña de azúcar y de ingenios azucareros, los comerciantes y hacendados flamencos asentados en La Palma, con sus peculiares devociones y gustos artísticos, lograron, a través del comercio del preciado azúcar, traer a La Palma desde las principales ciudades de Flandes y Brabante un conjunto de maravillosas tallas y pinturas que aún hoy se conservan en su mayor parte en las iglesias y ermitas para las que fueron adquiridas. Es un importantísimo conjunto de obras de arte dignas por su calidad artística y significación histórica de pertenecer a las colecciones de un gran museo.

Santa Ana la Virgen y el Niño. Flamenca siglo XVI. Talla en madera policromada. Iglesia de San Francisco, Santa Cruz de La Palma. Canarias

En efecto, recorriendo la isla podemos admirar extraordinarias tallas del siglo XVI como la Dolorosa y el S. Juan Evangelista del Calvario del Planto, Santa Ana, la Virgen y el Niño, el delicado grupo de la Anunciación o de la Encarnación, las tallas marianas de Nuestra Señora de las Angustias y de Nuestra Señora de los Remedios o las exquisitas representaciones de S. Miguel Arcángel, y pinturas como La última cena de Ambrosius Francken, considerada por muchos la mejor pintura flamenca en Canarias, o el enorme óleo sobre tabla de Nuestra Señora de Montserrat, obra excelente de Pieter Pourbus.

San Miguel. Flamenca siglo XVI. Talla en madera policromada. Iglesia de San José, Breña Baja, La Palma. Canarias

Todo ello y más hace de La Palma una singular e inesperada muestra del mejor arte flamenco en la ruta internacional del azúcar que durante siglos unió la isla española con el norte de Europa, creando una sociedad multicultural que todavía hoy pervive.

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