La Palma posee unas características medioambientales únicas, lo que ha servido para que sea reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Más de la mitad de su territorio cuenta con algún tipo de protección ambiental cuyo máximo exponente es el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. Su relieve, fruto de un proceso de formación geológico de millones de años, permite que se diferencien multitud de microclimas y sorprenda el gran contraste de vegetación.
En su cota más alta, a unos 2400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Observatorio del Roque de Los Muchachos, por encima del llamado “mar de nubes”, donde existe una atmósfera limpia, sin turbulencias y estabilizada por el océano. De ahí que se le considere uno de los mejores lugares en el mundo para la observación del cielo y la práctica del cada vez más valorado astroturismo.
El 20 de abril de 2007 se firmó en La Palma la Declaración Mundial en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a Observar las Estrellas (Declaración Starlight La Palma): “El derecho a un cielo nocturno no contaminado que permita disfrutar de la contemplación del firmamento, debe considerarse como un derecho inalienable de la Humanidad, equiparable al resto de los derechos ambientales, sociales y culturales […]”.La Palma dispone además de una vasta red de miradores astronómicos por toda la isla, así como de senderos astronómicos. Tanto es así que la isla se ha convertido en un centro de interpretación al aire libre. Todo ello para permitir el disfrute del cielo nocturno por el público en general.