La iglesia de la Virgen de la Luz, del siglo XVIII, pertenece al ayuntamiento
Madrid, 23 de junio de 2021- Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), la iglesia de la Virgen de la Luz de Cuenca sufrió graves daños: las fuerzas napoleónicas destruyeron el baldaquín original, los retablos y algunas de las pinturas murales. Al terminar la guerra, la iglesia fue olvidada y abandonada, hasta que en 1943, el gran arquitecto Fernando Chueca la redescubrió y revalorizó, refiriéndose a ella en alguno de sus escritos como la obra cumbre de la arquitectura borrominesca española. En la actualidad, el Ayuntamiento cuenta con la propiedad de la iglesia y ha sido, recientemente, declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumentos.
A pesar de que el estado exterior del templo es bueno, el interior amenaza desprendimiento. Las pinturas murales que decoran el interior de la iglesia se encuentran en un estado lastimoso, con grave peligro de perderse. Además, no sólo podemos ver cómo la policromía de las escenas se va descorchando, deteriorando y perdiendo, sino que también son visibles grandes grietas que amenazan con caer y llevarse parte del techo del monumento.
Por estos motivos, la iglesia de la Virgen de la Luz, en Cuenca, acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 900 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
La iglesia cuenta con una sola nave, que presenta un marcado eje longitudinal cortado por dos transversales; estos ejes lo conforman tanto el crucero de la iglesia como las capillas laterales intermedias. La iglesia es albergue de la patrona de la ciudad, por ello, el altar lo preside la imagen de la Virgen de la Luz, representada a través de una talla de tez muy oscura.
En su interior destacan, entre otras manifestaciones artísticas, los lienzos que alberga la Capilla Mayor, así como las pinturas murales al fresco, realizadas por Martín de Aldehuela y terminadas hacia 1764. El ciclo iconográfico principal en toda la iglesia se refiere, tanto a la Virgen Patrona de Cuenca como a San Antonio Abad. Se puede apreciar la abundante decoración de estilo rococó, con profusos recuadros con rocalla y tribunas con celosías. Además, cuenta con una bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones en la nave y una cúpula elíptica sobre tambor con ventanas y linterna en el crucero.
El exterior de la misma está enfoscado y pintado en color; en él destacan sus dos portadas, correspondientes a las dos ermitas situadas anteriormente en el mismo lugar. La portada izquierda -lado del Evangelio- es de estilo plateresco y, en la actualidad, está inutilizada; se trata de la antigua portada de la Ermita de Nuestra Señora del Puente y es la única parte de las antiguas ermitas que fue conservada al construir la iglesia actual. La portada derecha -lado de la Epístola- corresponde a la actual entrada de la iglesia y fue modificada a mediados del siglo XX, debido a que su escasa altura dificultaba la salida de los pasos procesionales.