Un palacio en Hellín y una torre en Almansa corren riesgo de derrumbe
Madrid, 30 de noviembre de 2021-. Se trata de dos construcciones muy distintas y separadas en el tiempo, pero les une el estado de abandono total en que se encuentran. Son la Torre Grande de Almansa y la Casa Palacio de los Salazar, en Hellín, ambas en la provincia de Albacete. Su pésimo estado de conservación les ha llevado a ser incluidos en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
La Torre Grande de Almansa (en la imagen superior) era conocida como de Burjarón, Burjaharón, Boriaharón, Bujaharrón, Burxa, Burfçefierón, o Torre de los Catalanes. En la conquista de Almansa, entre 1242 y 1243, Burjaharón era una pequeña alquería islámica que el rey Alfonso X el Sabio, por carta fechada en Sevilla el 9 de octubre de 1264, cedía a los almanseños. Las primeras citas de la alquería se encuentran en la conquista y el deslinde entre el Reino de Valencia y el Reino de Castilla y así aparece en los mapas de entonces y sucesivas citas de las fronteras. La torre, situada en dicha alquería, era a finales del siglo XIV propiedad de don Jaime de Ayerve, un caballero catalano-aragonés vecino de Almansa.
La torre, como elemento defensivo, se cita en el siglo XIV. Se ubica en un lugar estratégico, vigilando las vías de comunicación que venían desde el Reino de Valencia, tanto las que subían el puerto de Almansa, como las que entraban desde Villena. Actualmente se la conoce como como Torre Grande. Por su emplazamiento, la torre era lugar habitual de conflictos locales y entre las coronas de Castilla y Aragón y posiblemente estuvo despoblada durante algún tiempo.
En los grabados de la batalla de Almansa se puede observar una reproducción de la torre y sus elementos defensivos, muy parecidos a los actuales.
La torre se emplaza al pie de la ladera occidental de la Sierra de la Silla, protegida de los vientos dominantes por el Cerro de los Prisioneros
La Torre Grande es una torre señorial defensiva. Se sabe que estaba rodeada por murallas desde tiempos antiguos. Ya aparece así en una pintura del siglo XVIII de Buonaventura Ligli, con motivo de la batalla de Almansa. Actualmente sigue rodeada por un muro, algunos de cuyos lienzos han caído. El recinto interior se dedicó a dar soporte a la actividad agrícola y ganadera de la finca, y se observa también una capilla.
Se trata de una construcción cuadrangular, coronada por un matacán que defiende la entrada principal. Las esquinas del edificio y el matacán están construidos con piedra de sillería y el resto con mampostería. Antiguamente, tuvo una terraza almenada en la parte superior, y en un momento indeterminado del pasado, fue sustituida por un tejado a dos aguas.
Los muros orientados al norte y al sur tienen diversas grietas de arriba a abajo. Unas nacen en la parte inferior y otras en la superior. El tejado ha sufrido el desprendimiento de alguna de las chimeneas y la cubierta puede tener filtraciones.
Por otro lado, en la plaza de San Francisco, frente al convento de los Franciscanos, se alza una de las mansiones más importantes de Hellín, conocida popularmente como la Casa de los Salazar, ya que perteneció a José Joaquín Salazar y Jaraba, casado con Elvira Ladrón de Guevara Martínez-Huesca. Cronológicamente se puede situar su origen en el siglo XVII, si bien será en el siglo XVIII cuando adquiera su aspecto actual, con reformas en los siglos posteriores. En ella vivieron personajes famosos de la política y de la música como Jaime Salazar o los Ladrón de Guevara.
Actualmente, se encuentra inscrita en la ruta denominada “Casas con Memoria”, iniciativa del Ayuntamiento de Hellín que consiste en señalar con azulejos, a través de un código tipo “bidi”, los 16 edificios con más historia del casco antiguo de la localidad. Además, el palacio se encuentra en venta a través de una inmobiliaria.
Se trata de un edificio que ocupa un gran espacio, 1.800 m2, que da a dos calles: la calle Eras y la calle Perier, y con la fachada principal orientada a la plaza de San Francisco. Posee una portada de piedra adintelada, flanqueada por dos pilastras cajeadas, coronada con frontón de metopas y triglifos, y una cornisa volada que soporta el balcón del cuerpo superior. Presenta, además, un escudo nobiliario del apellido Salazar, de forma almendrada y con trece estrellas de ocho puntas de oro sobre fondo de gules. Se trata de una fachada bastante simétrica. Según la leyenda, se debe a la victoria de Lope García de Salazar frente a un gigante musulmán venido de África, en la ciudad de Toledo. La Casa Salazar es uno de los edificios más emblemáticos de Hellín en cuanto a su arquitectura señorial.
La cubierta presenta un tejado a diversas aguas, formada por teja árabe y un voladizo con decoración pintada que le da una personalidad peculiar a esta parte del edifico. Los huecos de ventana presentan carpintería de madera, estructurando una modulación ordenada en la fachada que da a la calle Perier. Asimismo, las grandes ventanas tienen rejería entrelazada y los balcones poseen reja sencilla, algunos con reja de forja tipo “pecho de paloma” y una cornisa dotada de ménsula en algunos de sus ángulos.
En su interior, hay grandes espacios abiertos y otras dependencias de menor tamaño, así como una escalera principal de gran porte que articula todo el circuito de uso interno. No obstante, presenta un estado de ruina avanzada. Es el patio interior el que da acceso a todas las estancias.
La fachada presenta buen aspecto, con algunas grietas en determinadas partes. Sin embargo, su interior se encuentra en estado de ruina y con un pésimo estado de conservación, con los techos caídos y sin restauración de ningún tipo, siendo la Casa-Palacio uno de los elementos personalizadores de la trama urbana de la ciudad antigua de Hellín.