Un faro, dos casas y un panteón corren riesgo de derrumbe
Madrid, 17 de febrero de 2022-. Se trata de cuatro elementos arquitectónicos muy distantes en el tiempo y muy diferentes entre sí, pero les une el estado de ruina y abandono en el que se encuentran. Esto ha motivado que hayan sido incorporados a la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Son los siguientes:
Panteón de Manuel Picó y Juan Crespo (Cartagena)
Construido en 1874, destaca por sus elementos decorativos y también por su reloj de arena, ubicado en el interior del mausoleo. El diseño del panteón estuvo a cargo de Carlos
Mancha Escobar, arquitecto que plasmó su huella en otros panteones que se localizan en el recinto del mismo cementerio municipal de Nuestra Señora de los Remedios. Con un eclecticismo clasicista, los motivos alegóricos del panteón fueron esculpidos por Francisco Requena, escultor local. Cuenta con un grado de protección 1 en base al Plan General municipal del Ayuntamiento de Cartagena, aplicado desde 1987.
El estado de conservación es muy malo, estando cerca del derrumbe algunas partes del friso y los vierteaguas del conjunto. También presenta graves problemas de humedad. Los ornamentos del mausoleo están picados, una de sus cornisas fracturada y se pueden encontrar esquirlas a los pies de sus cuatro laterales. Además, en la parte trasera, una columna que delimita la verja yace caída junto a ella.
No se prevé intervención alguna en el mismo a corto-medio plazo. Sin embargo, su estado actual requiere, tal y como se ve en las fotografías adjuntas, de una intervención inmediata y urgente. Asimismo, el conjunto presenta un importante crecimiento de vegetación en su parte alta.
Casa de Acacio Mateo (Lorca)
Este inmueble ha sido escasamente estudiado y menos aún conocido, en gran medida porque su dueño falleció y desde entonces la casa permanece cerrada. Tampoco se conoce mucho sobre su autor y propietario. Se cree que todo es obra de Acacio Mateo, quien habría hecho el servicio militar en Barcelona, lo que, le daría acceso a las obras modernistas de la Ciudad Condal.
Parece ser que Acacio comenzó a transformar su vivienda antes de la Guerra Civil pero poco más se sabe excepto que, además de conocer la obra de Gaudí, tendría conocimientos de construcción, lo que le permitiría poder diseñarla y remodelarla a su gusto. También construyó un panteón en el cementerio de San Cristóbal siguiendo este estilo tan personal.
Los terremotos de 2011 afectaron en elevado grado al edificio, debiéndose eliminar los elementos sueltos (balaustradas de los balcones). No se sabe públicamente cómo está el interior ni cómo afectaron los seísmos y la falta de mantenimiento.
El inmueble consta de dos plantas: una baja y una principal, además de la terraza. Su singularidad se basa en el uso de azulejos para configurar su decoración a base de elementos florales, vegetales y arquitectónicos. Destaca también el juego de curvas y contracurvas, de entrantes y salientes que confieren algo de movimiento a una fachada incrustada entre edificios modestos y sin valor artístico. Su interior también es de un grandísimo interés, ya que está realizado siguiendo las características de la fachada. Es decir, el mobiliario está realizado en su mayoría en albañilería y está decorado con azulejos, como en la fachada. Ejemplo de esto son mesas, mesillas, celosías, una fuente, un aparador, etc.
Faro de San Juan de Podaderas (Cartagena)
En 1847 se proyecta el balizamiento de la costa de la provincia marítima de Cartagena mediante una serie de faros. En este proyecto se recoge la construcción de dos faros que indiquen la entrada en la bahía de la capital marítima del Mediterráneo. Así se proyecta y posteriormente se edifican. El faro de la isla de Escombreras es con luz verde y aún está en servicio, aunque relegado a señalamiento de su insularidad y complementario a los faros actuales de Navidad y Curra. El faro de Podaderas es con luz roja y estuvo en servicio hasta 1885, cuando los nuevos faros entraron en servicio tras la construcción de los espigones en los que están instalados.
Este faro, de cuarto orden y en paralelo a su gemelo en la isla de Escombreras, formaba de este a oeste, un señalamiento de batiente y entrada al puerto de Cartagena.
El 15 de julio de 1856 se iluminaba por primera vez, sin embargo, su vida fue efímera dado lo incómodo de su emplazamiento al estar junto a unas baterías con una importante actividad artillera. Las autoridades militares nunca vieron con buenos ojos su posición y desde un principio reclamaron, primero, su no construcción, y después, su traslado a otro punto donde no estorbase el buen servicio de los cañones, ni sirviese como punto de referencia o “diana” para un posible enemigo. Finalmente, el faro de Podaderas sería trasladado a la parte más saliente de la Punta de Navidad, entrando en servicio nuevamente el 18 de agosto de 1866.
Tan solo 19 años después, se apagó su linterna y fue desmontada y trasladada al faro de Navidad que junto con el de Curra entró en servicio en el año 1885.
Este faro está integrado en el complejo de la batería de costa de San Juan de la Podadera, que es una de las más antiguas de Cartagena (finales del siglo XVI), declarada Bien de Interés Cultural por la disposición adicional segunda de la Ley 16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español. Se trata de una vivienda en esquina de dos alturas, de estilo vernáculo manchego, con un patio central descubierto y cuatro columnas de piedra, base de la distribución de la vivienda. La fachada es de estilo tradicional, con una sencilla composición de huecos regulares con balcones de planta alta en hierro forjado. El edificio esta rematado con una cornisa corrida que recoge el alero del tejado. El esquema de la distribución interior es tradicional, distinguiendo dos circulaciones. En primer lugar, la circulación principal en torno al patio central comentado, que organiza la distribución de los recintos vivideros (salones, dormitorios, cocinas y cuartos de aseo) tanto en planta baja como en planta alta. En segundo lugar, la secundaria, que da servicio al resto de recintos tales como cuadras, cocheras, gavilla, obrador y dependencia agrícolas, junto a un corral trasero con acceso desde calle Manifiesto. Posee dos cuevas, una con acceso desde el patio central ubicada bajo rasante y con ventilación por medio de lumbreras situadas en la fachada de la calle Manifiesto y otra, con acceso en el pasillo que conduce al corral.
El inmueble se encuentra deshabitado y en avanzado estado de deterioro, aunque mantiene un pequeño local comercial con actividad. El pasado mes de febrero de 2021 sufrió un derrumbamiento de la medianera que linda con el parking público de la calle Manifiesto (clausurado inmediatamente) y ha sufrido derrumbamientos en la
medianera de la calle Empedrada años atrás. Asimismo, algunas zonas del edificio sufren graves patologías que parecen comprometer su estabilidad, seguridad y accesibilidad, con afectación en determinadas áreas de ruina o semi ruina, lo que revela un problema estructural serio que puede comportar un grave riesgo para bienes y personas, además de su pérdida irreparable.
El ayuntamiento ha dictado una orden de ejecución hacia los propietarios para que realicen las obras pertinentes para el mantenimiento y conservación del inmueble.
Casa Antonete Gálvez (Torreagüera)
En esta casa nació y transcurrió gran parte de su vida el histórico personaje murciano Antonete Gálvez, impulsor del levantamiento cantonal del siglo XIX (Cantón de Cartagena o también conocido como Cantón Murciano), producido en el marco de la Primera Republica Española (1873-1874).
Asimismo, fue lugar de reunión para la planificación del levantamiento de 1869 y 1872, en Murcia, así como emplazamiento para los encuentros con Cánovas del Castillo y, posiblemente, Prim.
La Casa Antonete Gálvez se ubica en una hacienda de igual nombre. Su arquitectura corresponde a una construcción típica de la Huerta de Murcia, aunque en la actualidad son muy escasas las construcciones de este tipo. Actualmente se encuentra protegida y catalogada en el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia y en la legislación de patrimonio cultural vigente.
Se encuentra en estado de ruina y abandono. Se ha consentido por parte de las administraciones públicas y de los propietarios del bien que este inmueble llegue al estado de deterioro en el que se encuentra, posiblemente debido a la especulación urbanística de la zona y el desinterés de las autoridades en proteger y poner en valor este bien cultural de Murcia y su entorno, actualmente muy degradado y descuidado, a pesar de que la ficha de protección y catalogación del PGOU de Murcia estipula “El interés de conservar la composición volumétrica y de fachadas lo justifica su valor ambiental e histórico, debiendo protegerse también el entorno, evitándose actuaciones que alteren los valores ambientales y paisajísticos. Deberán conservarse las palmeras”.